Celebrando el encuentro

He tenido la grata experiencia de reunirme con unas amigas a las cuales no veía desde hace algún tiempo.

Si existiese una máquina que pudiese medir la cantidad de palabras y agregarle las emociones, expresiones y gesticulaciones que se producen en el momento en el que te encuentras con tus amigas, seguramente colapsaría y habría que resetearla varias veces.

Es mágico que un cuento lleve a otro aunque no se relacionen en lo absoluto, que una sola historia parezcan muchas por la cantidad de matices, que se logre pasar tan rápido del pasado al presente y viceversa, que alguna de nosotras de la emoción y al menor descuido se pierda algún detalle y deba preguntar ante la mirada impaciente de las que no han perdido ni un detalle, pero, sobre todo, lo más asombroso es que exista en un solo encuentro una diversidad tan prolífica de comentarios.

Hablar del bello color de las uñas, el espectacular brillo del cabello, el tono muscular ganado, el peso perdido, lo bonito que queda un determinado color en el atuendo, el logro de los hijos, las historias de las parejas y las no parejas, las actividades realizadas, las risas, el comerse ese bocadillo que nos gusta tanto y hablar al punto de lograr que las miguitas del pan vuelen al escote, y, no perder el control ni de la cuenta ni de lo que se le pide al mesonero, es al mismo tiempo una hazaña y una actividad normal para las amigas.

Nos hemos enterado de nuestros signos ascendentes, el lugar donde estaba nuestra luna al nacer, la casa, el regente, el elemento, y, no conforme con eso, las que tienen pareja aprovecharon de revisar su ascendente y elemento, descubriendo que son afines desde siempre o que el tiempo las enseño a manejar las diferencias.

Entre hechos sorprendentes que se descubren en cada oportunidad, lo cual entre amigas es normal, hoy por ejemplo descubrí que al nacer mi luna estaba en escorpio donde también se estacionó Neptuno pero también estaba en la casa 8 produciendo una mezcla de muchas profundidades en las transformaciones, los renacimientos, los dones ocultos, la sensibilidad para captar emociones de otras personas...en fin, se llegó a la conclusión de que en mi interior existe una bruja encubierta, pero no de esas malas y feas sino una buena y bien presentada, empática y amigable.

Entonces la recomendación es hacerse la carta astral exprés únicamente con las amigas para sentirse “Hechizada” en vez de “Maléfica” -aunque no está nada mal la última versión de Angelina- y no confundir el coche con una escoba.

mayo 2018

anama@elalmanotienegenero.com

Comentarios

..muy cierto! con las amigas uno se vuelve no solo amigo sino, complece, filiar, familia, investigar hasta casi formar parte del FBI

jejeje cuando se tienen verdaderas amigas...! Imaginate cuand

Con las amigas, se vive de todo. Exacatmente ese tipo de enociones descritas en sus artículo me suceden, 2 o tres veces al año. Una vez las ves, el corazon entra en acción❤️ Nada con mis amigas 😊

😊👍🏻