La infinita soledad

Hoy leí un artículo en el periódico ABC de España, en el cual refieren un trabajo publicado en arxiv.org por tres investigadores de la Universidad de Oxford, a saber: Anders Sandberg, Eric Drexler y Toby Ord, relacionado a la posible existencia de civilizaciones inteligentes en otros lugares del Universo. 

En su trabajo reinterpretaron con rigor matemático los dos pilares de la astrobiología:  la Paradoja de Fermi y la Ecuación de Drake, para llegar a la siguiente conclusión: por mucho que las busquemos, jamás encontráremos otras civilizaciones inteligentes, porqué?, porque sencillamente no existen.

Esta noticia me ha dejado muy pensativa ya que, antes de leerla, era de las que pensaba -ante la inimaginable cantidad de galaxias y sistemas solares existentes en el Universo- que debían existir no uno, sino varios planetas con las condiciones necesarias para la vida y de esa premisa básica, llegaba a la conclusión de que debía existir vida inteligente en esos otros planetas porque si en el nuestro hubo evolución, pues también allí la habría.

Obviamente eran conjeturas que no tenían ningún fundamento científico pero que sonaban bastante convincentes dentro de las probabilidades: ¨mientras hay más, aumenta la probabilidad¨, y, de hecho a través de la ciencia ficción nos hemos recreado en muchos mundos y muchas formas de vida inteligente. Diría incluso que era motivador imaginarse que un día llegaban seres de otro mundo para enseñarnos cosas innovadoras y hacer aportes científicos, como por ejemplo lograr que se regeneren partes perdidas del cuerpo; que se curen enfermedades hoy sin solución definitiva y que se alargue la vida, temas todos a los que hemos ido llegando paulatinamente a través de la investigación pero que representaban una ilusión el poder saltar varios pasos y ganar tiempo.

También hay la parte oscura de esas historias donde llegaban seres de otros planetas a saquear y matar, pero mi interpretación de ese enfoque es que en él, reflejamos lo que ha sido la historia de nuestra civilización que en fin de cuentas es el único ejemplo disponible.

El que La Tierra sea -de acuerdo con ese estudio- el único planeta que alberga seres inteligentes y probablemente el único planeta que alberga vida que pueda transformarse evolutivamente en dichos seres, lo convierte en un fenómeno mucho más singular y extraordinario. De por sí, es un planeta maravilloso, hermoso y diverso que cuenta con una inmensa variedad de especies y colores, y, nosotros somos un milagro afortunado que tenemos la dicha por el tiempo que dure nuestra existencia física de disfrutarlo.

25/05/2018