El recorrido es la experiencia
Hoy envié un mensaje por Twitter donde hablo con preocupación de la manipulación de la información que algunos políticos han diseñado a través de un guión mediático, previamente estudiado y puesto en práctica en países posteriormente arrasados en lo económico, cultural, moral e incluso donde las cosas más básicas y la libertad se le niega a los ciudadanos. Ese guión mediático va dirigido a los jóvenes ya que éstos son presas más fáciles porque muchos no leen y están desinformados. Una joven me respondió con una pregunta: ¿cuál es el rango de edad para determinar que alguien es joven?, y, le di toda la razón porque hoy en día una persona de 60 años es joven. Le respondí que tenía en mente a personas menores de 30 años en el momento que redacté el mensaje.
Luego, a raíz de su comentario hice una reflexión más profunda, porque entre 0 y 30 años, hay una gama muy grande de jóvenes que aún no encajarían en mi comentario. Habría que sacar a los niños (0 a 12 años), y a los adolescentes en su etapa más temprana (13 a 17 años), quedándonos entonces con el rango entre 18 y 30 años, que es efectivamente los que deberían empezar a involucrarse en la responsabilidad ciudadana y mantenerse informados. Asumo que los mayores de 30, ya lo están.
La contraloría social es la participación ciudadana más importante que tiene la democracia ya que significa la unión de todos los ciudadanos para exigir a los gobernantes que cumplan con sus responsabilidades y garantizar la separación de poderes. Esto último es fundamental para evitar la impunidad y garantizar la igualdad ante la ley. Podría entonces afirmarse que es la materialización de la democracia al demostrar que han sido los ciudadanos los que han dado un mandato a las personas que los gobiernan -a través del voto- y, pueden quitárselo al ser empleados del Estado.
Sin contraloría social les dejamos el poder a un grupo de políticos, que, al sentirse dueños, comenzarán a ejercer su poder de manera abusiva y podrán llegar a acuerdos con empresarios para que les financien sus partidos o les dan comisiones a fin de garantizarles privilegios que; perjudican al resto de la población, acentúan las diferencias económicas y no respetan la libre competencia. También son necesarias instituciones lo suficientemente fuertes e independientes para evitar que las tomen y las pongan a sus servicios e intereses.
Pensando en estas cosas, me acordé del colegio y el inicio de mis estudios en la universidad, y, debo reconocer que la principal fuente de conocimiento e información durante una buena parte de ese período entre los 18 y 30 años -al menos la mitad- provenía de mis profesores ya que trabajaba todo el día y estudiaba en horario nocturno el cual era casi hasta la medianoche. Quedaba en consecuencia muy poco tiempo para leer e informarse, y, esa era la realidad de la mayor parte del estudiantado.
Diría entonces que en esa etapa de nuestra juventud, donde debemos empezar a asumir nuestra responsabilidad ciudadana, los educadores juegan un papel fundamental por lo que es muy grave que esos espacios sean tomados por personas que manipulen e intervengan ideológicamente a los estudiantes. Es allí donde pueden comenzar a sembrar un discurso mediático, poner en práctica un guión manipulado orientado hacia sus intereses y cercenar la capacidad de análisis individual y crítica objetiva que son tan importantes para, más adelante, ejercer responsablemente, la contraloría social.
Lo anterior no significa salir a la calle a destrozar, o ir contra el sistema, por el contrario, de lo que se trata es de exigir que se cumplan las leyes, que las instituciones hagan bien su trabajo; si se quiere cambiar una ley, deben utilizase las vías institucionales para hacerlo. Crear caos y confusión es parte de ese guión manipulado que utilizan para sus fines perversos.
Tuve mucha suerte. Estudié todo el bachillerato y la universidad en instituciones públicas y conté con excelentes profesores que dedicaron el tiempo de sus clases realmente a enseñarnos con gran vocación. Su labor fue la trasmisión de conocimiento. Hubo algunos realmente especiales como mi profesora de Educación Artística, Ethel´Escrivan, quien nos enseñó con tanta pasión y entrega todo lo relativo a su materia que la primera vez que fui al Museo de Louvre, sentía que estaba con ella porque a través de sus descripciones y gestos era capaz de hacer que nos imagináramos casi perfectamente a la Venus de Milo o la Victoria de Samotracia.
El profesor Luis Felipe Ledezma que nos daba Biología, no sólo hizo que realmente quisiéramos la materia y nos esforzáramos estudiando para no decepcionarlo, sino que su casa era nuestra casa y allí aprendimos a bailar salsa con el ritmo de Oscar de león y la Dimensión Latina. También estaban los profesores Ron de matemáticas y Ner-David de física, que, con diferentes estilos nos comprometían a mejorar cada día, a veces retándonos. Y muchos que fueron buenos pero no tan cercanos y se me han olvidado sus nombres.
En la universidad tuve la misma suerte, recuerdo al Prof. Hernando del Castillo en Análisis de Estados Financieros, quien nos reforzó mucho a través de las prácticas en clase y a quien le parecía sonoro mi apellido y con frecuencia me pedía exponer la opinión, la tendencia o la relación de algún índice financiero. Fue un gran motivador y me dio muchos conocimientos que me permitieron tener éxito en mi primera entrevista de trabajo. El profesor Arquímides Pens Torcat que nos dio Derecho Público, fue genial e inolvidable y de quien aprendí casi todo lo que sé de la materia. Los profesores Antonio Quintín y Nuria Cunill, ambos de lujo, fue un placer para mi asistir a sus clases y extasiarme escuchándolos. Todos los profesores que nos dieron Contabilidad Básica, Avanzada, de Costos, Consolidación y re-expresión por inflación de Estados Financieros, cuya experiencia y trayectoria nos enriquecieron. Carlos Hernández Yépez, que nos animó a ser emprendedores y asignó trabajos de investigación para desarrollar un negocio agroindustrial, y, quien nos reunía en su casa para revisar el avance del trabajo brindándonos café con rajitas de canela.
Como dice la hermosa canción Al maestro con cariño: ...¨escribiría en el cielo con letras, que se elevarían a mil pies de altura PARA EL MAESTRO CON AMOR¨…
12-07-2018
anama@elalmanotienegenero.com
Dianoraima Mora
15.07.2018 00:25
Ana Maria, que increible, me paso lo mismo ,cuando fui al museo, ella fue quien recorde en ese momento y si, tristemente todo es distinto ahora.
Pero relatos como los tuyos llaman a la reflexion.
Ana
17.07.2018 03:14
Así es Dianoraima. Tenemos muchas cosas que aportar 😊. Cambiando de tema ve las fotos del Parque Nacional. Es uno de esos paseos que te encantaría hacer 😘
Victor
excelente Ana María! 😘 😘 😘
13.07.2018 16:39
Comentarios recientes
05.11 | 18:28
Buenas tardes, encantado de saludarte. Soy Jose
Quería escribirte porque me ha parecido interesante comentar contigo la posibilidad de que tu negocio aparezca cada mes en periódicos digitales como not
20.10 | 16:28
Un besote amiga!
20.10 | 08:04
Cómo describes a “tu Mimina” me transporta a esa pared para recordar a la mía, a quien adore, con la única diferencia que yo no pude separarme del muro.
Bello y emotivo relato.
06.10 | 21:22
Mi querida Venusita, muchas gracias por leerlo y escribirme. Muchos cariños 😘
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