El recorrido es la experiencia
Comentarios recientes
Había determinado que después de la visita de papá en el mes de junio, invitaría a mamá. Me pareció una idea genial ya que cada uno tiene afinidades y gustos propios, entonces, podía adaptarme con facilidad y compartir con cada uno sus particularidades…la verdad es que la mayor parte de las veces comparto con los dos y, la dinámica es diferente; entre otras cosas, porque mi papá tiene rituales que van de la mano de las horas y los anticipa, así es que los demás, terminamos acomodándonos a ellos y cuando somos más de tres personas, que es la mayor parte de las veces, nos resulta un poco complicado, pero no imposible.
¡Que mejor ocasión para invitar a mi mamá que el cumpleaños número 18 de su nieta!. Nos reuniríamos tres generaciones de mujeres: Baby Boomers, generación X y generación Z. Nunca había pensado en ello, pero en realidad el tema generacional es mas complicado entre mujeres porque los cambios más abrumadores del último siglo se produjeron en torno a ellas.
Mi mamá pertenece a la generación Baby Boomers, la cual vivió el final de las guerras mundiales y estaba inspirada en un mundo con gran porvenir y crecimiento. La mayoría de las mujeres de esa generación no tenían estudios universitarios. Eran amas de casa. Su centro de operaciones y trabajo era la familia. Muchos avances les hizo mas fácil el trabajo en el hogar, y a continuación, la mejora progresiva de los métodos anticonceptivos, les permitió evitar las familias numerosas. Ese no fue el caso de mi mamá, ni el de la mayor parte de las familias de mis amigos y compañeros del colegio: todos pertenecíamos a familias numerosas.
En paralelo, el mundo de las ideas avanzaba y las mujeres comenzaban a sentirse con posibilidades de acceder a un mundo de oportunidades iguales a las de los hombres, así es que muchas con familia y responsabilidades en sus casas, comenzaron a realizar estudios de bachillerato y universitarios, que en muchos casos; o no pudieron concluir, o les sirvió básicamente para vivir la experiencia porque la realidad es que no llegaron a trabajar en sus profesiones.
La mayoría de las mujeres de esa generación que tenían trabajo desde sus años mozos, eran asistentes, secretarias, encargadas de tiendas o similares, trabajos que, en general, no eran bien pagados. Pero ello no era un mayor problema ya que el proveedor de recursos del hogar era el hombre. Sin embargo, restaba libertad, ya que muchas mujeres que sentían cansancio en sus relaciones, no se divorciaban porque dependían económicamente del esposo y solas no hubiesen podido mantener a la familia.
Un gran cambio se produjo en la siguiente generación que es a la que pertenecemos mi hermana y yo: generación X. Somos una generación con contradicciones fundamentales porque el ejemplo de nuestras madres en la casa nos gustó, fue sin duda un valor importante que en su mayoría queríamos reproducir y al mismo tiempo estábamos inmersas en una sociedad donde era impensable dejar de estudiar o abandonar los estudios universitarios por algún oficio. Nosotras estudiaríamos en la universidad con la intención de desarrollar nuestras carreras profesionales en un mundo competitivo donde además comenzábamos a luchar por espacios que antes eran exclusivos de los hombres. Todo eso funcionó muy bien. Muchas mujeres se destacaron, obtuvieron reconocimientos y ascensos, pero, como nuestra generación también quería tener una familia y varios hijos como nuestras madres, nos embarcamos en una misión más complicada: ser una profesional altamente capacitada con muchas responsabilidades, un esposo, al menos dos hijos y una casa que pretendíamos que funcionara como nuestras casas de solteras donde estaba una madre vigilante.
Esos roles todos exigentes causaron muchos divorcios y recriminaciones por parte de esas mujeres porque se sentían súper exigidas y con poca colaboración. Hubo en muchos casos la colaboración de la madre para permitirle a la hija un crecimiento profesional, pero ello sólo podía darse en los casos de madres sin pareja o con pocas hijas, ya que se entendía que a las nueras las ayudaría su madre. La realidad es que no se puede tener todo en la vida y esa generación mayoritariamente no tuvo tanta claridad en ello.
La siguiente generación que es la de los Millenials llegó con más claridad ya que en su mayoría vieron a sus madres trabajar varias jornadas y decidieron inteligentemente que era una cosa o la otra. Se puede lograr un desarrollo profesional y visibilidad en los trabajos, la sociedad y los gobiernos, si se le dedica a ello mucho tiempo y esfuerzo. Es normal entonces que esta generación difiera cualquier proyecto de familia. Incluso muchas lo han desechado, pero en todo caso si deciden tenerla, se habrán producido cambios trascendentes en ella.
Llegamos finalmente a la generación Z, que es la que corresponde a la mujer que no ve ninguna diferencia respecto a los hombres más allá de las biológicas. Teniendo igual que las anteriores, las mismas oportunidades, tienen también la mentalidad de que pueden decidir libremente con quien estar y no tienen restricciones sexuales impuestas por la sociedad. Tampoco ven la familia como parte de un proyecto necesario ni se ven comprometidas a llevarlo a cabo. Diría que los valores y creencias propios, forjados a través de su familia e Internet, son las que las definen. A esta generación pertenece mi hija.
El abismo que existe entre los enfoques y visiones de la vida y el mundo entre mi madre y mi hija es tan enorme que lo mejor es limitar sus interacciones a cortos y simpáticos encuentros, ya que al transcurrir mucho tiempo de convivencia, una se siente ignorada y la otra ofuscada. Aún así, el esfuerzo que en general hemos hecho las mujeres para adaptarnos a un mundo que de repente nos dio todos los derechos y las libertades para decidir sobre nuestros destinos como profesionales y ciudadanas sin habernos dado tiempo para desembarazarnos de otros roles que nos demandan tiempo y esfuerzo, ha sido realmente encomiable.
Es totalmente incompatible el desarrollo profesional y el rol de madre, excepto que se haga equipo cerrado con la pareja, y, la generación X no estaba preparada para ello. Los millenials y generación Z, lo están más y esa es la razón por la que la tasa de natalidad decrece o se hace negativa.
Bueno, entendida la complejidad de la relación femenina que es sin duda intensa y necesaria porque todos terminamos teniendo un origen vinculado a nuestra madre, es posible al mismo tiempo, sin juzgarse, comprender algunos llantos, recriminaciones, explicaciones o justificaciones seguidas de abrazos y reconciliaciones, y acompañados de risas, complicidades y profunda amistad. Complejamente femenino y encantador.
Sucede además que mi madre, mi hija y yo somos polémicas, quizás lo seamos todas las mujeres, no lo sé, pero los tópicos de interés han cambiado tanto que ya la polémica deja de ser estresante porque no hay discrepancias en temas de la vida cotidiana, sencillamente porque sucedió como en el universo que se está expandiendo y los enfoques se distanciaron tanto que no tiene sentido abordarlos, y, los que sí, son todos coincidentes porque se refiere a los valores y éstos vienen, como en nuestro origen, vinculados a la familia y al ejemplo de nuestros padres que pasa de una generación a otra y bendice o maldice dependiendo de la cohesión a esos valores que tengan los padres. En mi caso me bendijo y por eso estaré eternamente agradecida.
Después de hablar de todo lo anterior en franco y fraternal debate, también abordamos temas de política, religión, relaciones de pareja, trabajo, economía del hogar, proyectos personales. También conversamos sobre los miembros de la familia y los cambios que la situación del país nos ha forzado a realizar. Comimos de todo a distintas horas; paseamos por la ciudad evitando las horas del tráfico; nos quejamos un poquito de varias cosas muy propias de las mujeres; vimos varios capítulos de Juego de Tronos; tocamos varios aspectos de mi novela corta, y de repente nos dimos cuenta que el tiempo había volado y en un abrir y cerrar de ojos estábamos haciendo la maleta y en camino al aeropuerto.
Elisabeth Larez
16.12.2018 08:57
Bien descrito el tema generacional, el cual hoy dia es vital conocer y entender tanto en el hogar como el trabajo. Excelente trabajo Ana.
Elizabeth Visconti
05.11.2018 11:09
Que bonito Ana...!!! La diferencia generacional sin duda nos ha marcado a todas !!
Gracias por compartirlo....
Besos.
Eli
Ana
06.11.2018 01:22
Así Ely, nos define un poco y nos ayuda a comprendernos 🤗😊
Emiro Rotundo (padre)
05.11.2018 02:49
Está muy bien expresado el tema de las diversas visiones del mundo y de la vida
de tres mujeres de generaciones sucesivas que experimentaron los profundos cambios que se dieron en el siglo XX.
Ana
06.11.2018 01:25
Así es papá. Las contradicciones que muchas veces sentimos entre lo que vivimos de pequeñas y quisimos reproducir y lo que la vida nos permitió.
Venus Romero
04.11.2018 19:03
Qué excelente, claro y ameno has retratado la interesante interrelación que se da entre mujeres separadas solo por el aspecto en el giro generaciona. Nada fácil, pero el amor lo logra todo! Gracias!
Ana
06.11.2018 01:26
Así es Venus. Gracias por leerme siempre 😘
Griselda Ruiz de Carrizo
04.11.2018 18:54
Hola Ana, una vez más con un cuento entretenido e interesante, trata de un relevo tradicional de generaciones desde la época de nuestros padres hasta la de Isabela q es la más joven. Me encantó.
Ana
06.11.2018 01:28
Si y las grandes diferencias de enfoque que sólo el enorme cariño permite superar 😊
Sorely
04.11.2018 18:42
Tal cual! Es todo muy cierto y fascinante!
Ana
06.11.2018 01:29
Gracias 😊
Emily Méndez
04.11.2018 16:02
Excelente como no verse retratada en este relato
Ana
06.11.2018 01:29
Así es amiga
Un gran abrazo
noviembre 02, 2018
anama@elalmanotienegenero.com
05.11 | 18:28
Buenas tardes, encantado de saludarte. Soy Jose
Quería escribirte porque me ha parecido interesante comentar contigo la posibilidad de que tu negocio aparezca cada mes en periódicos digitales como not
20.10 | 16:28
Un besote amiga!
20.10 | 08:04
Cómo describes a “tu Mimina” me transporta a esa pared para recordar a la mía, a quien adore, con la única diferencia que yo no pude separarme del muro.
Bello y emotivo relato.
06.10 | 21:22
Mi querida Venusita, muchas gracias por leerlo y escribirme. Muchos cariños 😘
Compartir esta página