El recorrido es la experiencia
El viejo anticuario había salido animado, como solía, a realizar su caminata vespertina. Anochecía y decidió entrar al bar. Desinhibido por los tragos, estuvo entretenido y conversador hasta que el encargado del local lo sacó porque iban a cerrar. Iba de regreso a su casa; sin embargo, por los efectos del alcohol, se desorientó y perdió el rumbo, tomando el camino que lo llevaba a las afueras del pueblo. Fue así como, sin saberlo, entró en una catacumba.
Canturreando iba deslizando las manos sobre las paredes mientras se adentraba en el subterráneo y de pronto sintió al tacto una calavera y, creyéndose en el inframundo, quedó paralizado del susto. Pensaba que, enterado de su ardid para robarlo, su difunto socio había regresado para vengarse y comenzó, desesperado, a pedirle perdón mientras hiperventilaba y retrocedía. Dio un paso en falso que le hizo perder el equilibrio y comenzó a rodar por el piso aparatosamente hasta que un saliente de la roca se interpuso en el camino golpeándole con fuerza la cabeza.
Ana María Rotundo
07 de octubre de 2023.