Palabra clave día 31: dolor

Ilustración de Isabela Rotundo @_unfacedart

La confesión

Vivían en un pueblo nórdico que era oscuro casi todo el año y los poquísimos días soleados que se producían, Gunnar los debía pasar en casa por temas de salud; entonces, Anja, su amiga y vecina, lo visitaba y hacían los deberes y jugaban videojuegos. Un día; sin embargo, debieron considerar mudarse para continuar sus estudios en otro lugar y Gunnar, que no podía mudarse, aunque había tratado de evitarlo, no tuvo más remedio que confesarle su profundo amor a Anja. Sentía que moriría de dolor al perderla y tener que sobrevivirla eternamente. Enmudecida, sin tiempo para reaccionar, cuando él le pidió que le prometiera aliviar ese dolor, ella, inmediatamente asintió.

 

Esa noche, como habían acordado, Anja fue hasta su casa y, tal como debía suceder, la puerta de la entrada estaba convenientemente mal cerrada, a su derecha, al entrar, como esperaba, los padres de él hablaban distraídos frente a la chimenea y delante, como era preciso, las escaleras estaban tenuemente iluminadas. Confirmó que la habitación de él estaba sin cerrojo y, al entrar, tal como se lo había anticipado, aunque hubiera querido otra cosa, encontró a Gunnar sedado en su cama entregado a una muerte segura. Inhaló profundo y, mientras lo veía dormir indefenso, levantaba sus brazos asiendo con fuerza la estaca que él le había entregado para que ella pudiera, en un brevísimo instante, cumplir la promesa que le había hecho. Anja, sin embargo, carente de la estupefacción inicial, comprendió que ella también tenía una confesión que hacer; así pues, se deshizo de la estaca y se acurrucó a su lado.

 

 



Ana María Rotundo

31 de octubre de 2023.

 

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